Antiguas poblaciones del ochavo de Prádena, están situados sobre suaves lomas típicas del paisaje de la campiña, muy próximos al río Caslilla, que avanza hacia el norte buscando al Duratón a los pies de Sepúlveda. Sabemos de la existencia en 1.852 de un importante molino harinero en Perorrubio que tenía en ese año 175 habitantes y una gran abundancia de especies cinegéticas. En 1.952 estaban habitadas 120 viviendas con una población de 434 habitantes.
Patrimonio
Perorrubio, cuyo nombre proviene de Pedro Ruvio (posible impulsor de la repoblación del lugar en el siglo XII), cuenta con una iglesia románica, San Pedro Advíncula. Consta de una sola nave, rematada con ábside. La cornisa de la cabecera, labrada con taqueado jaqués, apoya en canecillos y metopas decorados. El pórtico se abre sobre los lados sur y oeste. Abundan los motivos vegetales entre los que aparecen cabezas humanas, aves y animales monstruosos. En el interior, la cabecera se cubre con bóvedas de medio cañón y horno. El arco triunfal es doblado, apoyado en columnas con capiteles decorados. Sus capiteles podrían interpretarse como alegorías del Génesis y del Apocalipsis. De esta forma, en el del lado de la Epístola aparece un cuadrúpedo monstruoso, símbolo del pecado, entre serpientes. En el lado del Evangelio aparece un jinete triunfante ataviado como cetrero, entre águilas.